En el capítulo 2 del Libro de Daniel (versículo 19) leemos:
"Entonces el misterio fue revelado a Daniel en visión nocturna, por lo cual Daniel bendijo al Dios de los cielos".
Para los judíos del Antiguo Testamento los sueños eran una forma habitual de comunicación con Dios. Yahvéh se manifestaba frecuentemente a sus hijos a través de las visiones nocturnas.
Para autores como Heinz Obermayer, Gerhard Zieler, Kurt Speidel y Klaus Vogt, autores del "Diccionario Bíblico" de Ediciones Claret, los sueños:
"...pero vino Dios a Abimelec en sueños durante la noche y le dijo: "Mira que vas a morir por la mujer que has tomado, pues tiene marido". Abimelec, que no se había acercado a ella, respondió: "Señor, ¿matarías así al inocente? ¿No me ha dicho el: Es mi hermana? Con corazón íntegro y pureza de manos hice yo esto?".
Y le dijo Dios en el sueño:
"Bien se yo que lo has hecho con puerza de corazón; por eso te he impedido que pecases contra mi y no he consentido que la tocaras..."
"Cuando llegó Gedeón, estaba un hombre contando a su compañero, su sueño, diciéndole: "He tenido un sueño. Rodaba por el campamento de Madián un pan de cebada que llegó hasta una tienda y chocó en ella, la derribó y la hizo rodar por tierra, y la tienda quedó por tierra".
El compañero le dijo:
"Eso no es sino la espada de Gedeón, hijo de Joás, el jefe de Israel, de Jezrael. Dios ha puesto en sus manos a Madián y a todo el campamento". Como Gedeón oyó el sueño y la explicación, se posternó...".
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