Según el libro del Apocalipsis de San Juan, al final de los tiempos Jesús regresará a la tierra para juzgar a los justos y pecadores en el día del fin de los tiempos. A lo largo de los últimos 2000 años muchos personajes han utilizado la profecía de la Segunda Venida de Cristo para autoproclamarse encarnación de Dios en la tierra. Un fenómeno que continúa produciéndose y, lo que es más sorprendente, no solo dentro del cristianismo.
Pasear por la ciudad vieja de Jerusalén produce una sensación especial, tanto al creyente como al agnóstico. Para el segundo, aquellas viejas piedras que abrazan la infinidad de iglesias, mezquitas y sinagogas que salpican la ciudad, custodian pedazos de historia fundamentales para el actual mapa geopolítico de occidente. Pero para los primeros en aquellas pequeñas calles peatonales pisaron, o pisarán en breve, los pies descalzos de Dios.
Repartida entre barrios cristianos, judíos y musulmanes, la ciudad de Jerusalén, sin embargo, mantiene en todos ellos la esperanza de que un día no muy lejano, el Mesías regresará a aquellas angostas callejuelas. Porque si algo tienen en común judaísmo, cristianismo e Islam, es la profecía de un inminente retorno del salvador de la humanidad. Prueba de ello es que, en diciembre de 1999, la policía israelí se vio obligada a desplegar un operativo especial por toda la ciudad, ante el temor a suicidios colectivos, atentados o crisis histéricas, en el inminente cambio de milenio. Especialmente en torno a algunos puntos “calientes” de la historia bíblica, como la ciudad antigua de Jerusalén, o la iglesia de la Natividad en Belén, donde supuestamente nació Jesús en su Primera Venida, y donde muchos individuos fanatizados por la angustia del milenio, esperaban su retorno.
El efecto 2000 se expresó especialmente en el radicalismo de numerosas sectas mesiánicas y milenaristas, tanto cristianas como judías o musulmanas, que esperaban la llegada del Mesías, y el inminente fin de los tiempos, el 31 de diciembre de ese año 99.
Los archivos policiales de medio mundo, por desgracia, conservan en sus archivos informes sobre suicidios colectivos en torno al cambio de milenio, tal y como ocurrió a la llegada del año mil. Parece que la cultura de Internet, el teléfono móvil, y la carrera espacial no hace menguar la angustia que la fe irracional puede desatar en los seres humanos. Pero el año 2000 llegó, y el fin del mundo solo se produjo para aquellos que, por temor al sus propios miedos, decidieron acabar con su vida antes del 1 de enero de ese año. Y una vez más Jesús no acudió a la cita.
Cristo vuelve pronto… pero se retrasa
Las primeras comunidades cristianas esperaban el retorno de Jesús en aquella misma generación. La profecía del retorno nunca se interpretó como un acontecimiento que hubiese que aguardar mil o dos mil años. De hecho, el texto bíblico parece bastante claro en cuando a la inmediatez del retorno de Cristo. Para todos los contemporáneos de Jesús, esa era la generación que viviría su retorno:
“...Y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos”. 1 Corintios 10: 11.
“Porque el señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos para siempre con el Señor.” 1 Tesalonicenses 4:16 y 17.
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto... Bienaventurado los que leen, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.” Apocalipsis 1: 1-3
“...para mostrar las cosas que deben suceder pronto. ¡He aquí, vengo pronto!” Apocalipsis 22: 6, 7.
“De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán de la muerte, hasta que hallan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.” Mateo 16: 28
“Entonces verán al Hijo del Hombre que vendrá en una nube con poder y gran gloria… De cierto os digo que no pasará de esta generación hasta que todo esto acontezca.” Lucas 21: 27 y 32.
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo... De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.” Mateo 24: 30 y 31
“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes....”: “De cierto os digo que no pasará está generación hasta que todo esto acontezca.” Marcos 13: 26 y 30
Sin embargo la generación contemporánea de Jesús no presenció ninguna señal en el cielo, ni tampoco el retorno del Hijo del Hombre. Y desde entonces, millones de seres humanos han mantenido viva la esperanza. Una esperanza aprovechada por algunos desaprensivos para lucrarse gracias a la fe de otros. Sobretodo partiendo de la base de que existen tantas interpretaciones en torno a la fecha de la Segunda Venida, como interpretes hay de esta profecía.
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