A medio camino entre la capital del país y las selvas de Chiapas en la frontera guatemalteca, se encuentra “el pueblo de los brujos”: Catemaco.
Hasta el viajero más torpe, que se adentre en este pequeño pueblo situado muy cerca del Golfo de México, tardará pocos minutos en darse cuenta de las particulares características de esta comunidad. “Taxi-Brujo”; “Hotel La Séptima Bruja”, “Pub Las Brujas”...
No hace falta ser muy lúcido para percatarse de que la brujería forma parte de la cultura de Catemaco desde hace siglos. Allí abundan los brujos y los “brujos”, sabios unos y pícaros otros, que pretenden ser los herederos de un conocimiento mágico ancestral. Personajes como Apolinar Gueixpal o Yolanda Aguirre (hija del famoso brujo Gonzalo Aguirre) son temidos y respetados por igual, por los 21.000 habitantes de Catemaco.
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