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¿QUIÉN FUÉ CARLOS CASTANEDA?

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VIMANAS: LOS CARROS VOLADORES DE LOS DIOSES


Posiblemente el hinduismo es la religión más cargada de mitos relativos a todo tipo de extraños fenómenos y personajes. Probablemente el hecho de que se trate de una de las religiones más antiguas del mundo, y que posea una rica tradición oral, que precedió a la escritura de los textos sagrados, ha posibilitado la gran cantidad y variedad de "hipérboles espirituales" que tienden a desproporcionar fechas y medidas, en un acrecentamiento gradual de los relatos a medida que pasaban de boca en boca y de generación en generación. Así, las crónicas sobre las aventuras del Señor Krisna, por ejemplo, son de todo punto insostenibles desde la perspectiva histórica, y sólo comprensibles teniendo en cuenta el contexto y la antigüedad -casi cinco mil años- del relato. 


El Ramayana, las Upanisahs, el Bagavad-Gita, el Srimad-Bhagavatam, y por supuesto el gran Mahabaratha... en definitiva todos los textos sagrados sánscritos y vedas están repletos de sugerentes relatos que, una vez depurados de las "hipérboles espirituales", presentan sospechosos paralelismos, a juicio de numerosos investigadores, con el fenómeno OVNI. 

Por ejemplo, la vida del Señor Krisna, supuesta encarnación de la divinidad en la tierra, está repleta de insólitos episodios que algunos especialistas consideran como auténticos fenómenos paranormales, incluidos supuestos OVNI. 

Los textos sagrados recogen reiteradamente relatos de extraños palacios que se desplazan por los cielos a lomos de gigantescas naves. Naves de las que, por ejemplo, descendían los kumaras, extraños "enanos cabezones" muy sugerentes para los ufólogos contemporáneos. 


Los kumaras eran una suerte de "tulpas" o creaciones mentales, de la misma forma que Siva seria una creación de Bhrama. 

En el Srimad-Bhagavatam, por ejemplo, en el Canto 3, capitulo 24, verso 26, se describe el viaje de cuatro kumaras. Esos 4 kumaras, de nombre Senat, Sakara, Samandena y Sarutana, eran cuatro "ascetas eruditos" que tenían siempre el aspecto de niños. 

En el texto se relata su viaje, junto con el extraño "Narada" (el viajero de las estrellas), un personaje misterioso de gran importancia en la vida del divino Krisna por su influencia sobre el rey Kansa (acérrimo enemigo de Krisna). 

Según el Srimad-Bhagavatham los cuatro kumaras y el viajero Nerada subieron en su nave y viajaron al más elevado de los sistemas planetarios, mundos que solía frecuentar Narada en sus particulares correrías interplanetarias. Y es que para los hindúes la pluralidad de mundos habitados en un hecho indiscutible y totalmente asumido, así como los viajes y relaciones entre unos planetas y otros. 

Pero de todos los mitos hindúes más sugerentes desde un punto de vista ufológico, el más importante, sin lugar a dudas, es el de las vimanas o naves voladoras de los míticos dioses. 

En la gran epopeya del Mahabaratha (una especie de lliada u Odisea védica) se reitera hasta tal punto la realidad de estas naves voladoras, que incluso se especifica, con sorprendente meticulosidad, el funcionamiento, sistema de navegación y propulsión de estas naves. Con asombroso detalle se describe la utilización de los fluidos de mercurio, la capacidad de pilotaje, etc. 

Sin embargo, en algunos textos el origen y creación de estas naves parece "mágico", similar al de sus pilotos. En el Canto 3, capitulo 23, verso 12 del Srimad-Bhagavatham, por ejemplo, se escribe: "Maytreya dijo: 

Para complacer a su querida esposa, el sabio Kardam hizo uso de su poder yóguico y produjo un vimana que podía viajar obedeciendo su voluntad...". 

En los versos sucesivos, por ejemplo en el verso 18 del mismo capitulo 23 del tercer canto, se aportan detalles como el de que "pináculos de oro coronaban las cúpulas de zafiro (del vimana)". Más adelante, en el verso 20, se comenta que "en el vimana habia cisnes y palomas artificiales". 

Para algunos comentaristas esos cisnes y palomas artificiales podrían tener relación con los supuestos artefactos aéreos que tanto aparecen en la vida de Krisna. es decir, una especie de "foo-figthers" que controlasen las evoluciones del "elegido" a distancia. 

En el verso 47 se relata que "tal como el aire pasa sin control en todas direcciones, así él viajó de esta manera por diversos planetas...". Obviamente huelgan los comentarios... 

A medida que continuamos estudiando el fascinante capítulo 23 del tercer canto del Srimad-Bhagavatham encontramos nuevas referencias a este insólito viaje interplanetario del sabio Kardama. Por ejemplo, en el verso 43 leemos: 

"Tras mostrar a su esposa el globo del universo y su estructura con todas sus maravillas, el gran yogui Kardama regresó a su propia ermita". 

En el verso 46, y para quienes deseen ver los habituales componentes de las abducciones, también aquí leemos: 

"En aquel vimana, con su esposo, ella notaba cómo aumentaban los deseos sexuales, y no pudo comprender cuánto tiempo pasaba...". 

Esas alteraciones y distorsiones de tiempo eran relativamente frecuentes en las vimanas, donde "pasaron los otoños como si fuese un breve periodo de tiempo". 

En otras versiones, y como ocurre reiteradamente en los mitos sobre "naves aéreas" y "dioses venidos del cielo" de otras culturas, las vimanas tenían misiones más importantes que el pasear a la esposa de Kardama de planeta en planeta. 

En el capítulo 15 del Libro de Krisna se describe, por citar un ejemplo, el fantástico artefacto aéreo ideado por Siva para situar la ciudad de Duarka. 

Según el texto, en el que se detallan los conflictos y luchas entre Salva y la dinastia Yadú, aquel extraordinario objeto era capaz de los mayores prodigios: 

"Podía verse ora en el cielo, ora en la tierra", "era capaz de moverse sobre el agua y bajo el agua", "parecía como muchos a la vez, y ninguno", "podía ser visible y volverse luego invisible", "era un avión de hierro que nadie podía destruir", "era una máquina tan grande como una ciudad", "podía volar tan alto y veloz que resultase imposible de ver", "aunque estuviese oscuro, el piloto podía conducirlo en la oscuridad". 

Ante este prodigio no es difícil suponer que los habitantes de Duarka, ciudad que permanecía sumergida poco después, estuviesen en franca desventaja. 

Los textos están repletos de episodios similares. Recordemos la descripción del carro Pushaska en el Ramayana, cuyo aspecto era el de una pequeña montaña acabada en punta. O recordemos el viaje de Rama y Sita, junto a otros compañeros sobrevolando el sur de la India en otra vimana. O la descripción del vehículo volador recibido por el rey Vaparicaru Vasu, del linaje de los Kuru, como obsequio de Indra y en el que el rey podía observar desde el aire todos los acontecimientos de su pueblo, e incluso viajar por el espacio a otros mundos... 

El Yajurveda, el Ramayana, el Mahabaratha, el Bhagavata Purana y otros textos puranas y vedas están repletos de relatos similares. 

En ciertos momentos, y bajo la óptica de la astroarqueología occidental, más que textos religiosos, la descripción de las vimanas, se parece más a un tratamiento astronáutico en el que incluso se especifican los tipos y "modelos" de las naves. 

En no menos de veinte pasajes del Rigveda se hace alusión a las vimanas de los asuins. Artefactos voladores construidos con oro, plata y hierro y con dos alas laterales. 

Según los trabajos de estudiosos como el profesor hindú Dileep Kumar Kan-Mal, existían cuatro tipos de vimanas: rukma, sundara, tripura y sakuna, divididos a su vez en 113 sub-modelos. 

Los rukma eran dorados y de forma cónica, los sundara brillantes y con forma de moderno cohete, los sakuna con forma de ave, y los tripura de tres pisos, que no sólo los dioses pilotaban las vimanas, sino que otros seres sobrehumanos celestiales empleaban también estas naves voladoras. 

Ante tal riqueza de detalles y narraciones espectaculares sobre estos portentos aeronáuticos, resulta difícil aceptar que el mito de las vimanas no esté inspirado en algún tipo de artefacto o elemento físico real, e interpretado dentro de un contexto religioso. 



© Carballal,1991




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