Resultan interesantes los abundantes testimonios de policías, militares y miembros de las Fuerzas Armadas, por las estrictas y exigentes condiciones que requiere su profesión. En algunas ocasiones han sido soldados los protagonistas de encuentros con humanoides, en los que han llegado a hacer uso de sus armas de fuego, lo que ha provocado investigaciones oficiales, lógicamente, por parte de sus superiores.
En este tipo de casos, los testigos, no es que estén más capacitados para reconocer la naturaleza de los objetos volantes, si no que están menos predispuestos al fraude por las responsabilidades profesionales que asumen sus experiencias.
En Septiembre de 1985 una serie de incidentes con unos extraños humanoides asociados a presencia OVNI se produjeron en el barrio coruñés de Penamoa. Uno de los testigos, un soldado que se encontraba haciendo guarda nocturna en la garita del cuartel de artillería, perdió los nervios al encontrarse a escasos metros del insólito humanoide. Como resultado vació el cargador de su cetme (fusil de asalto) contra la criatura, que desapareció sin acusar, aparentemente, los impactos.
Por recordar un caso conocido, Fernando Cámara, piloto militar español que partió de la base de Los Llanos con intención de interceptar los OVNIs que seguían al Caravelle de la compañía TAE el 11 de Noviembre de 1979, pilotado por el fallecido comandante Javier Lerdo de Tejada (según nos narra la misma familias de Lerdo de Tejada), sufrió tal impacto emocional por su experiencia que permaneció 6 meses de baja médica.
Policías, guardias civiles, y otros miembros de las fuerzas de orden público han sufrido experiencias similares. De hecho, algunos de los "casos clásicos" de la historia de la ufología han sido protagonizados por estos profesionales.
Recordemos episodios como el ya histórico "Caso Socorro", cuando el agente Lonnie Zamora se encontró un OVNI aterrizado en las afueras de Socorro (Nuevo México) el 24 de Abril de 1964, y avistó a los pequeños tripulantes del mismo; o el caso del sheriff que incluso fotografió al supuesto humanoide con quien se topó durante una patrulla nocturna.
¿Mienten también nuestros agentes de la ley? Si no confiamos en la sinceridad de nuestra policía y de nuestros militares, ¿en quién creer?.
El mismo planteamiento es aplicable, salvando las distancias, a los sacerdotes. Porque muchos religiosos engrosan también las listas de testigos OVNI.
Desde el legendario encuentro cercano del papa Juan XXIII, hasta el macroavistamiento compartido por el entrañable reverendo Antonio Felices y la congregación dominica de Valladolid el 16 de Septiembre de 1965, los casos se multiplican. Y en muchas ocasiones no se limitan a un testimonio.
Por ejemplo, en 1988 el sacerdote Isidro Asensio viajaba por la carretera de La Coruña en dirección a su parroquia de Cáceres, en compañía de 3 personas más, simpatizantes de su congregación de "Renovación Carismática". Mientras conducían, portaban una grabadora en la que estaban registrando su conversación. De repente un OVNI surgió, emitiendo haces de luz sobre el coche. Todas las reacciones, gritos y conversación quedó registrada en la cinta. ¿Mienten también nuestros sacerdotes?
© Carballal, 2011
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