Gracias a la desclasificación parcial de información OVNI que la CIA efectuó a finales de los años setenta, hoy sabemos que ya el 4 de mayo de 1968 la Embajada de EE.UU. en Madrid consultó (Aerograma A-650, documento 4-6540650-68) al Ministerio de Defensa para averiguar si existía alguna comisión oficial en España que investigase los OVNIs. Lo que ya no aparecía en aquella desclasificación es la documentación que certificaba que la CIA estuvo recibiendo información OVNI desde España a través de un mando militar.
Tampoco hay constancia oficial de la existencia de –al menos- 23 casos investigados por la Guardia Civil entre septiembre de 1973 y junio de 1974, muchos de los cuales no aparecen entre los informes desclasificados por el Ejército del Aire español. Estos escritos fueron enviados por dicho agente a los servicios secretos estadounidenses.
Este investigador puso en conocimiento del CESID su descubrimiento, lo que le llevó a mantener numerosas reuniones con agentes de La Casa en 1999 y 2000 que intentaban averiguar hasta dónde habían llegado las pesquisas de la citada fuente en torno a lo que la CIA sabía sobre los OVNIs en la España de los setenta.
En los años sesenta, el capitán de aviación Pedro Antonio Clavero Fernández publicaba en la revista oficial del entonces Ministerio del Aire, Aeronáutica y Astronáutica, una serie de artículos dedicados al enigma de los OVNIs.
En el primero de ellos, correspondiente a junio de 1968, el capitán Clavero no se amedrentaba al afirmar que algunos OVNIs tenían procedencia extraterrestre. Esas libertades, sin embargo, se acabarían en diciembre de ese mismo año. Si bien el día 6 de diciembre el Ministerio del Aire publicaba en la prensa nacional las normas que deberían cumplir los ciudadanos para notificar sus experiencias OVNI al gobierno de Franco, el 28 de ese mismo mes se decretó la clasificación “confidencial” de toda la información OVNI.
Aquella clasificación hizo que durante un cuarto de siglo los investigadores civiles acusasen al Ministerio de Defensa y al Ejército del Aire de ocultar a la opinión pública lo que sabían sobre los OVNIs.
Una de las cabriolas semánticas de los defensores de la “desclasificación” consiste en asegurar que no existe información OVNI clasificada en los archivos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado ya que el Ejército del Aire ha abierto –supuestamente- su archivo OVNI. Sin embargo, no sólo este organismo conserva información sobre el tema.
¿OVNIs o misiles?
Exactamente a las 08.15 del 23 de noviembre de 1993, cientos de vecinos de diferentes poblaciones gallegas observaron el paso de un objeto volante no identificado.
Además de innumerables testigos en las localidades del sur de Galicia de Alcabre, Rande, Berbés, Rivadavia, Porriño, Mos, Riouxa o Moaña, las tripulaciones de pesqueros como el Non sei, Xa me vedes o el Audaz II, presenciaron el vuelo del OVNI desde una perspectiva privilegiada. Descrito como un “puro gigante que echaba fuego por detrás”, el OVNI era en realidad un misil portugués que había entrado en al espacio aéreo español. Sin embargo, tratando el incidente como un “avistamiento de marcianos”, se ridiculizaba a los testigos y Defensa no tuvo que dar explicaciones ante los contribuyentes. Y como tantas otras veces, los pseudoescépticos colaboradores de la manipulación contribuyeron con la intoxicación al minimizar el incidente afirmando que los testigos sólo habían visto “un meteorito”...
Esta es sólo una de las dimensiones ocultas del fenómeno OVNI; pruebas militares, armas secretas, nuevos diseños aeronáuticos y hasta experimentos psicosociales son, han sido y serán ocultados tras la pantalla OVNI por los conspiradores militares y sus colaboradores civiles.
Sin embargo, algunos militares se muestran convencidos de que tras algunos incidentes OVNI se ocultan fenómenos que escapan a toda explicación convencional. Para reunir el mayor número de información a propósito de incidentes de alta extrañeza, en los últimos años se han elaborado nuevos cuestionarios oficiales que deben ser cumplimentados por los testigos militares de un incidente OVNI para el cual se haya nombrado un juez instructor, a menudo un alto cargo militar.
A pesar de que algunos periodistas han intentado vender la supuesta exclusiva, el cuestionario IG-40/5 del Ejército del Aire está al alcance del público desde hace varios años, ya que los últimos expedientes OVNI desclasificados por el Ejército del Aire español han seguido las directrices impuestas por este documento cuyo cuestionario fue cumplimentado por los respectivos testigos.
Pero, a pesar de los más de ochenta casos desclasificados y a que el proceso, teóricamente, ha finalizado y los informes son de dominio público, ¿puede afirmarse que la conspiración OVNI ha concluido en España?
En absoluto.
© Carballal, 1997
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