El patético caso de Elizabeth Clare Prophet ha de recordarnos forzosamente un caso aún más reciente, convertido ya en «clásico» del contactismo OVNI: el affaire Siragusa-Bongiovanni.
Eugenio Siragusa, famoso contactado italiano que inició sus experiencias OVNIs en los años cincuenta, así como sus hoy representantes públicos, los hermanos Giorgio y Filippo Bongiovanni, comenzaron repentinamente a anunciar, con una escalofriante seguridad, que en Agosto de 1991 se iniciaba la cuenta atrás de la vida humana sobre la Tierra.
Tres años antes, los devotos de Siragusa habían anunciado la cuenta atrás en el tiempo, y desde entonces iniciaron en todo el mundo una campaña de divulgación del inquietante mensaje. El 1 de Diciembre de 1989, por ejemplo, y con admirable firmeza en sus palabras, Marcos Amadio, representante en España de Nonsiamossoli (c) (grupo seguidor del famoso contactado italiano) repetía ante las cámaras de televisión, en un debate que emitió la televisión de Tarrasa (Barcelona), la profecía que había revelado particularmente a algunos investigadores:
«Lo que Eugenio Siragusa ha divulgado por boca de estos seres extraterrestres es que Agosto de 1991 es la fecha en que un asteroide de 35.000 metros de diámetro entrará en contacto con nuestra atmósfera...».
Unos meses después, el 6 de Junio de 1990, Giorgio y Filippo Bongiovanni confirmaban la profecía en una reunión mantenida en el domicilio de Giulianna Mouriño, quien fue representante en España de Siragusa durante muchos años:
«Lo que ocurre es que ese día llegará Jesús... El término máximo era de 50 meses, y la cuenta atrás empezó en Julio de 1987 a menos 50. Es decir, el hombre tenía 50 meses para volver a poner en su sitio las cosas... Ahora estamos a menos 15, Manuel, y cada mes baja un número...».
A medida que la cuenta atrás progresaba, los seguidores de Siragusa y los Bongiovanni iniciaron una magnifica labor de divulgación de su apocaliptico mensaje en distintos países, y que fueron desde conferencias públicas a la distribución por las calles del pretendido Tercer Secreto de Fátima (versión apócrifa procedente de círculos marianos).
Por otro lado, se construyeron una serie de -arcas- o puntos de encuentro de los devotos de Eugenio en distintos países. En España se construyó una en Biobra, una más en La Coruña, otra en Euskadi...
Al escuchar las decenas de horas de entrevistas sobre este caso, es imposible no sorprenderse, por enésima vez, ante la seguridad de estos contactados. Según ellos, en Agosto de 1991 un inmenso asteroide rozaría la atmósfera terrestre provocando una serie de catástrofes naturales en cadena, que asolanan la superficie terrestre.
Cuarenta y ocho horas antes según nos narraron textualmente los seguidores de Siragusa y de Bongiovanni recibirían una señal para abandonar sus hogares y dirigirse a las arcas con el resto de los hermanos espirituales. Allí aguardarían, mientras la Humanidad perecerá por la subida de las aguas, la radiactividad, etcétera, la llegada de las naves de los extraterrestres para ser evacuados del planeta.
Sin embargo, llegó Agosto de 1991 y ni el asteroide ni Jesús acudieron a la cita. Así pues, y como ha ocurrido siempre, algunos han sentido el desencanto de la fallida profecía, y otros recompusieron la misma alegando errores de interpretación, malentendidos, o bien que se trataba de «un filtro para seleccionara los más creyentes».
Tengamos en cuenta que ya en 1985, Siragusa había pronosticado la muerte, aquel año, de 2.500 millones de personas, según aún recuerdan sus mismos seguidores. Cuan-do terminó el año y no se produjo ninguna catástrofe masiva, mucha gente pensó que Papá Eugenio se habla equivocado, pero es que él se refería a muertos espiritualmente, en el plano astral, no en el físico.
© Carballal,1991
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